Cuantos libros esperando ser leídos,
que nunca serán acariciados por mis manos.
¡Pobres manos!, presurosas de quehaceres;
para vosotras nunca sobra el ocio.
Acuden al fregadero, al cubo y al ropero,
a la aguja, al plumero y a preparar la cena.
Quisiera revelarme, pero el hastío sofoca
el hilo de esperanza al que agarrarme.
Si lo confieso a un hombre ¿entenderá esta angustia?
Siguen transcurriendo imparables mis días.
El insomnio, atrevido, hace guiños;
se insinúa al papel y la pluma,
y se transforma en fiesta la triste madrugada.
En torcidos renglones, trocitos de poemas,
jirones de mi alma que esperan ser escritos.
Sobre la mesa libros que no hablan,
exhaustos por la espera de historias no contadas.
Los hombres también te entendemos, somos sensibles a nuestra manera, y cada uno está agarrado a lo que le toca, " la picocha", "" los papeleos" incluso al fregadero o la cena, a bañar a "la niña" en fin, la vida.
ResponderEliminarEl ser humano creo que es por naturaleza rutinario, miedoso al cambio, tú al menos tienes el don de evadirte con tu mente y ... a saber en qué piensas mientras friegas o pasas el plumero por las tonterias del mueble-bar.
sigue escribiendo, nos ayudas a reflexionar.
Muchos besos.
Mi verano y digo verano (no vacaciones)será algo accidentado, sobre todo en el mes de julio. Ayer estaba en Encinasola y hoy de nuevo junto al ordenador.
ResponderEliminarTienes razón, supongo que sóis muchos hombres los que llegáis a entenderme. En el momento en que la mujer se incorporó al trabajo fuera de casa, todo cambió para ustedes.
La nueva generación tiene muchas cosas admirables y ésta de la que hablamos es una de ella. También alternáis el, a veces, desagradable trabajo fuera de casa con ese otro de cuidar a los hijos, que siempre es más gratificante por sus sonrisas y comentarios.
En cuanto a mi evasión, en ocasiones me culpo, pues lo hago con más frecuencia de lo que debiera.
"Artur" me ha recordado al protagonista de una novela inglesa...¡me gusta!
También me ha gustado que me comentes tus pensamientos.
Un abrazo marocho.