sábado, 13 de marzo de 2010

Tren sin regreso.

Se me agolpan los días desordenadamente. Y cuando caigo en la cuenta de que al amor lo pintan loco y ciego, ya, tengo plasmada en mi retina todos los flashes de tu cuerpo amado.
Por ello los pedazos de mi alma rota destilan versos en blanco y negro. Versos sin color, aproximándose, a lo sumo, a los tonos grises que me asfixian por repetitivos y que no puedo plasmar en papel alguno, muriendo en una papelera imaginaria.
Y no sé si adornarme cuando salgo con collares de lágrimas o perlas, o anunciar el desastre con campanas; mientras escucho para distraerme esa canción que tanto me recuerda otros tiempos que agonizan lentamente… tiempos de juventud.
Prosigo con mis contradicciones. Aplaco los ciclones en las tardes, cuando la turbulencia remueve la furia contenida, con letras encadenadas, e intento que se obre el milagro de salpicar de colores el lodo gris de mi camino… pero el arco iris no aparece.
Podría sonreírle al amor de mi adolescencia si volviera; pero ahora, sin miedos ni tabúes, con sonrisa de niña inconsciente que quiere darlo todo. Pero esto sería si volviera… y tengo que aceptar lo inevitable: mi tren no retrocede ni se detiene y voy pasando por estaciones como yo ¡desalojadas!, donde no encuentro a nadie a quien preguntar la hora.
Y así me siento lastimada y mansa; con el dolor de a quien se lo han quitado todo.

2 comentarios:

  1. Hola Alicia, me alegro que hayas publicado tus cosas, me encanta lo que escribes, aunque ya me hablaron de ti, solo son alagos de una simple aficionada.

    Un abrazo

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  2. Me ha sorprendido gratamente tu entrada en mi blog.
    Eres la primera persona de Gerena que me escribe.
    Lo cierto es que solamente le he dado la dirección a dos personas de aquí.
    Gracias por tu apoyo. La inmensa mayoría solo somos simples aficionados que necesitamos escribir.
    Un abrazo.

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