lunes, 16 de noviembre de 2009

Triste despertar.

Cuando mi corazón se quebraba de vacío,
apareciste en los sueños de la noche.
Verbena, dulce música,
preludio de alegría,
rumor de tus pasos acercándose
en mi vida vacía.
Terciopelo de dedos en mi piel,
calor indescriptible de tu abrazo.

El tiempo se detiene.

Murmullo de palabras
grabadas en el viento,
bailando en el recuerdo.
La noche abraza
dulcemente mis sueños.

No quiero despertarme.

Antiguos sentimientos
se mezclan con el miedo.

¡Que se retrase el alba!

Tu cuerpo está tan cerca
que surge temblorosa mi sonrisa,
lastimando tu mirada la mía.

Vuelve en el sueño, vuelve,
cuando se funden en la noche
la amargura y el beso.
Cuando, en complicidad,
dejo entreabiertas
las puertas de mi alma.

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