Aquel poema sólo lo escuché de tu palabra cálida.
Hablabas de estrellas, de ilusiones y de un amor eterno hacia tu musa.
Te pregunté: ¿Me lo darás escrito?
Me respondiste: Bueno….
El poema, como las estrellas, tintinea aún en el aire a pesar de los años transcurridos…. ni él, ni ellas, serán alcanzados por mis manos.
Sus versos se alojaron en el aire; flotará entre las nubes por la eternidad y siempre añoraré no haber sido la musa de tu incipiente adolescencia.
¿Alguien se quedo en el camino?
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarComo el escrito no es ficticio te contesto.
En el camino no se quedó alguien, sino algo; en este caso, el algo, fué un poema.