MI PUEBLO.
Hay más lluvia que abril en mi mirada,
oscurecida por el duro alejamiento,
y en mis labios el grito del lamento
volvió de arcilla mi alma destrozada.
Mi palabra se ha vuelto dentellada,
a fuerza de morderla el sufrimiento,
tras alarido de resentimiento
por cornadas de esperanza almacenada.
Por la estación del sueño cada día
me creo de vuelta al pueblo, donde esperan,
ha muchos años ya, las viejas fotos;
y cuando llega el alba, triste y aburrida,
hallo siempre la fría cabecera
con llanto de mis bellos sueños rotos.
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