Hoy sé por qué he venido.
Aquí estoy.
A solas con tu nombre,
como tus manos con la tiza,
a solas.
De soledades vivo,
de soledades plena.
Y ante el desorden de mi alma,
hoy sé por qué he venido.
Necesito la luz y la frescura
de tu pintura viva.
En tus manos fluye
la vida cotidiana,
que alivia la metáfora
cansada de mis huesos.
Ya sé por qué he venido.
Como bien sabes, hoy, te necesitaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario