domingo, 25 de octubre de 2009

Me hubiese gustado.

Me hubiese gustado

que la huída del deseo

hubiese sido

por saturación de besos y caricias.

Pero no fue así.

La memoria traspasó, en su ausencia,

el límite de los sueños.

Anidó en los brazos del olvido

y marchó muy lejos...

desapareciendo para siempre

entre los recuerdos muertos,

dejando los días transcurridos

vacíos de caricias en espera,

que nunca serán recuperables.

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